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La historia detrás del ascenso de China hasta convertirse en el mayor exportador de automóviles del mundo

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China se ha transformado en el mayor productor y exportador de automóviles del mundo, superando a potencias automotrices tradicionales como Alemania y Japón.

Este notable aumento ha sido impulsado por una enorme inversión gubernamental, un mercado interno en auge y un enfoque incansable en la innovación.

El mercado interno de China es el mayor del mundo en materia de automóviles: casi tan grande como los mercados estadounidense y europeo juntos.

Esta inmensa demanda impulsó a los fabricantes de automóviles a aumentar la producción, respaldados por una automatización de última generación y un sólido respaldo gubernamental.

Sin embargo, a medida que la economía china se desaceleraba y el gasto de los consumidores disminuía, las ventas internas tuvieron dificultades para seguir el ritmo de la creciente capacidad de producción del país.

Actualmente, China tiene la infraestructura para producir casi el doble de la cantidad de automóviles que demandan sus consumidores.

Para gestionar este excedente, los fabricantes de automóviles chinos han desplazado cada vez más su atención hacia los mercados internacionales, exportando vehículos a una escala sin precedentes.

Electrificando el mundo: el dominio de China en las exportaciones de vehículos eléctricos

China se ha convertido en el líder indiscutible de la revolución de los vehículos eléctricos (VE).

En 2022, el país exportó 1,7 millones de coches eléctricos, casi un 50% más que Alemania, el segundo mayor exportador de vehículos eléctricos.

Marcas como BYD y NIO se están convirtiendo en nombres conocidos a nivel mundial, ofreciendo vehículos eléctricos de última generación a precios competitivos.

Europa es el principal destino de los vehículos eléctricos chinos, donde los modelos compactos se alinean con las preferencias de los consumidores y las regulaciones ambientales.

El sudeste asiático, otro mercado clave, se siente atraído por la asequibilidad de los vehículos eléctricos chinos.

Además, los híbridos enchufables, que combinan motores de gasolina con motores eléctricos, están ganando terreno en regiones que carecen de una amplia infraestructura de carga.

El dominio de China en materia de vehículos eléctricos es el resultado de una estrategia a largo plazo.

En los últimos 15 años, el gobierno chino ha invertido fuertemente en el desarrollo de tecnología de vehículos eléctricos, reduciendo la dependencia del petróleo importado y fomentando la innovación nacional.

Entre 2003 y 2013, el entonces primer ministro Wen Jiabao hizo de los vehículos eléctricos una prioridad nacional.

Designó a Wan Gang, ex ingeniero de Audi, como ministro de Ciencia y Tecnología, otorgándole vastos recursos para impulsar a China a la vanguardia del desarrollo de vehículos eléctricos.

Estos esfuerzos han dado sus frutos: hoy en día, la mitad de los compradores de automóviles chinos optan por vehículos eléctricos de batería o híbridos enchufables.

Hasta hace poco, estas compras se incentivaban con generosos subsidios gubernamentales. Los fabricantes de automóviles también se han beneficiado de préstamos a bajo interés, exenciones impositivas y acceso a terrenos y energía a precios asequibles.

La magnitud del apoyo gubernamental no ha pasado desapercibida.

La Unión Europea introdujo recientemente aranceles antisubvenciones para contrarrestar lo que considera ventajas injustas, lo que refleja las preocupaciones sobre el liderazgo abrumador de China en el sector de vehículos eléctricos.

Gestión del excedente de vehículos de gasolina

Si bien las exportaciones de vehículos eléctricos acaparan los titulares, los automóviles tradicionales propulsados por gasolina siguen siendo una parte importante de las exportaciones automotrices de China.

A medida que los consumidores chinos hacen una rápida transición a los vehículos eléctricos, la demanda de automóviles a gasolina se ha desplomado, lo que ha obligado a los fabricantes a luchar para deshacerse del exceso de inventario en el extranjero.

Rusia se ha convertido en un mercado importante para estos vehículos, y las ventas han aumentado después de que los fabricantes de automóviles occidentales se retiraran tras el conflicto de Ucrania.

Los países de ingresos medios y bajos de América Latina y Oriente Medio también han adoptado los automóviles de gasolina chinos, atraídos por su asequibilidad.

La capacidad de China para producir vehículos con motor de combustión interna (ICE) supera los 40 millones de unidades anuales, más del doble de la demanda interna.

El resultado ha sido el cierre de algunas plantas de ensamblaje, mientras otras continúan sus operaciones exportando automóviles con grandes descuentos.

Este enfoque ha permitido a los fabricantes de automóviles chinos mantener los niveles de producción y evitar cierres generalizados de fábricas, incluso cuando el mercado interno cambia hacia la movilidad eléctrica.

Aranceles y resistencia global: ¿Es posible frenar a China?

La agresiva incursión de China en los mercados automovilísticos mundiales no ha estado exenta de oposición.

Los gobiernos de todo el mundo, desde Estados Unidos hasta la Unión Europea y más allá, han implementado aranceles para proteger sus industrias nacionales.

Estos aranceles adoptan diversas formas. Estados Unidos aplica un impuesto fijo a los vehículos importados de China, mientras que la Unión Europea impone aranceles basados en los subsidios estimados que reciben los fabricantes de automóviles chinos.

Países como India y Brasil también han introducido medidas de protección para proteger a los fabricantes locales de la competencia china.

A pesar de estas barreras, los analistas creen que los aranceles por sí solos podrían no ser suficientes para frenar el dominio de China.

Los fabricantes de automóviles chinos tienen importantes ventajas en términos de costos, particularmente en el segmento de vehículos eléctricos.

Un estudio de UBS descubrió que los vehículos eléctricos de BYD cuestan un 30% menos de producir que modelos comparables de fabricantes de automóviles occidentales.

Gran parte de esta eficiencia de costos se debe al control de China sobre la cadena de suministro de baterías de vehículos eléctricos, lo que otorga a sus fabricantes una ventaja significativa.

El camino por delante: dominio sostenido en los mercados globales

La capacidad de China para dominar la industria automovilística mundial reside en su combinación única de apoyo gubernamental, innovación e inversión estratégica.

Si bien los aranceles y las tensiones geopolíticas plantean desafíos, es poco probable que descarrilen el impulso de China.

A medida que el panorama automotriz mundial evoluciona hacia la movilidad eléctrica, la inversión temprana y sostenida de China en tecnología de vehículos eléctricos garantiza su liderazgo continuo.

Al mismo tiempo, su capacidad para vender el exceso de automóviles propulsados por gasolina a los mercados internacionales pone de relieve la adaptabilidad de los fabricantes de automóviles chinos.

El camino que tendrá por delante la industria automotriz mundial probablemente estará determinado por la doble estrategia de China: ampliar los límites de la tecnología de los vehículos eléctricos y, al mismo tiempo, aprovechar su capacidad existente para mantener una fuerte presencia en los mercados automotrices tradicionales.

Por ahora, los fabricantes de automóviles del mundo tendrán que enfrentarse a un formidable competidor que no muestra señales de desaceleración.


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